FACTORES CAUSALES DE TGD
FACTORES CAUSALES DE TGD
Las causas del TGD son variadas, la mayoría de los especialistas consideran que se trata de trastornos multicausales. No obstante, hasta el momento uno de los factores más estudiados ha sido la genética, y se ha descubierto que existen grandes probabilidades de desarrollar un TGD si los niños tienen una herencia autosómica recesiva o una herencia unida al cromosoma X frágil.
Asimismo, se conoce que las infecciones víricas como la rubeola, la sífilis, la toxoplasmosis y la varicela durante el primer trimestre del embarazo también pueden afectar al feto durante su desarrollo. De igual manera, las complicaciones durante el parto como la isquemia, la hipoxia o una hemorragia intracraneal pueden provocar un TGD.
Otros estudios han sugerido que el manejo y/o la exposición a productos químicos por parte de los padres pueden aumentar también el riesgo de padecer TGD en sus hijos. Este trastorno también se ha relacionado con el hipotiroidismo en los padres y la infertilidad o los abortos en las madres. No obstante, no se puede hacer referencia a un único factor, sino más bien a una concatenación de estos.
El objetivo de esta parte es tener conocimiento de los
distintos factores causales de los TGD que se han estudiado hasta la
actualidad, teniendo en cuenta las corrientes que enuncian los factores genéticos,
los que devienen de la neurogénesis, infecciosos, emocionales, y sociales,
siendo los primeros, los que podríamos llamar base orgánica los que van tomando
mayor preponderancia y solvencia científica en las ultimas investigaciones.
FACTORES CAUSALES EXTERNOS
La ciencia ha advertido que problemas como la desnutrición,
la depresión, el desarraigo, la drogadicción, el alcoholismo, la violencia,
injurian en el desarrollo embriológico y fetal. Fragilizan las funciones
parentales y atentan contra la evolución integral del niño. También hay algunos
causantes externos, hoy en día, ya comprobados y con un efecto nocivo sobre la
salud humana de muchas sustancias químicas a las que estamos expuestos como a
productos de la expansión industrial, las cuales llegan a nuestro organismo a través
del aire, por contacto directo con la piel, en los alimentos y otros productos
que consumimos.
Las sustancias toxicas que más afectan al sistema nervioso
son:
Es cierto también que el avance científico-tecnológico permite,
a los que pueden acceder a él, que los riesgos de mortalidad en el curso de la
vida intrauterina o prenatal pueden disminuir. Pero la precariedad de la constitución
biológica particularmente neurológica y el impacto emocional, afectivo, económico
y social, en el grupo que recibe al neonato prematuro o en riesgo, afectan
profundamente las condiciones de la vida cotidiana y comprometen su desarrollo y
la consolidación del contexto familiar.
El aumento de las situaciones de estrés en los niños
pequeños de las enfermedades psicomaniáticas, de la inestabilidad emocional, la
impulsividad, la inhibición, las fobias, la apatía, el aislamiento y el fracaso
escolar, nos hablan hoy de las fisuras y de la precarización de la función continente
de la familia, entonces llegando a ese punto nos encontramos frente a
trastornos de la infancia que si son los que incumbe a este trabajo,
denominados bajo el grupo de severos trastornos de personalidad.
La situación actual de la sociedad, las nuevas formas de
familia, los conflictuados vínculos parentales, los desbordes emocionales, la
falla en los vínculos de apego, falta de seguridad afectiva, la gran
inestabilidad, fallas en la comunicación verbal y gestual provocan importantes
efectos en el psiquismo de los niños pequeños, que hace que la primer infancia,
una etapa critica en la cual debe afirmarse y consolidarse la subjetividad y
los cimientos sobre los que se desarrollaran todas las aptitudes cognitivas y
de aprendizaje. Estas circunstancias generan impotencia, incapacidad,
indiferencia, dependencia, pseudoautonomía, muy relacionadas con el abandono y
la hostilidad. Niños que padecen de desapego o pegoteo, sobre adaptación,
sometimiento, autovalimiento.
Eventos perinatales adversos como los partos distócicos, la preeclampsia
y eclampsia, mal posiciones fetales, prolapso de cordón y uso de fórceps, se
encuentran en proporción algo mayor en la población de niños con TES que en la
población normal. Generalmente, las consecuencias de estas circunstancias
perinatales anómalas, es un insulto al cerebro debido a dos mecanismos
fundamentales: la falta de oxigenación (hipoxia) y hemorragias por roturas de
pequeños vasos. En ambos casos, se puede producir muerte celular en regiones mas
o menos amplias del cerebro. Habida cuenta al nacer la neurogénesis no esta
terminada, ya que aun siguen los procesos de formación y eliminación
competitiva de sinapsis, no resulta muy difícil pensar en la posibilidad de que
haya casos de TES/TGD originados por estos incidentes.
La influencia de los factores externos, ya sea aislados o
combinados, en la Genesis de quienes poseen este trastorno, sigue siendo motivo
de investigación en diferentes partes del mundo.
FACTORES CAUSALES INTERNOS
Las últimas investigaciones científicas sobre las causas orgánicas
de los TGD y TEA, señalan que se trata de una alteración neurológica que se
produce durante la etapa de neurogénesis, como resultado de un problema básico
de las funciones sinápticas, se trataría de un síndrome de desconectividad y desorganización
de las redes neuronales. Este tipo de anomalía se producen en las siguientes
etapas:
Las infecciones virales prenatales pueden atacar
directamente al cerebro produciendo alteraciones en su organización, pero también
pueden afectarlo de forma indirecta como consecuencia de la agresión a otras
partes del organismo. Se podrían provocar también alteraciones en el sistema
inmunitario de la madre gestante o del mismo feto. Los virus al actuar
directamente sobre el sistema nervioso central causan cambios en los niveles de
una enzima denominada óxido-nítrico-sintasa-neuronal (nNos), que sintetiza
óxido nítrico, el cual tiene diversas acciones durante la neurogénesis como la formación
de sinapsis o sinaptogénesis. La inflamación de los tejidos con muerte celular
es otra consecuencia que pueden tener las infecciones, lo que en un periodo tan
crítico para la organogénesis como es el prenatal, puede dejar secuelas
importantes que se traduzcan después por una variedad de síntomas neurológicos,
mentales y conductuales.
Algunos virus asociados a los TGD/TEA, siendo el más
conocido el de rubeola, ya que un porcentaje relativamente alto de niños que
han nacido con el síndrome de rubeola congénita, presentan también conductas
autistas. Con mucha menor frecuencia, esta el virus del herpes simple, el
citomegalovirus y el virus de la influenza.
Los estudios genéticos que se han venido realizando, tanto
de laboratorio como de incidencia familiar, nos dicen que quienes poseen estos
trastornos mencionados están asociados a mutaciones genéticas, heredadas o de
nueva producción debido a factores del ambiente. No obstante, parece que no se
trata de la acción de un solo gen, sino de la interacción de varios (10 o más según
algunos investigadores), lo que al final causa el Autismo o Espectro autista.
Los genes implicados son generalmente aquellos que intervienen en la formación
y organización del sistema nervioso central, pero también en el desarrollo de
algunos sistemas enzimáticos relacionados con la regulación hormonal.
Los TGD/TEA según las hipótesis más verosímiles que se han
planteado, las mutaciones genéticas causarían alteraciones en las funciones de
las sustancias proteínicas denominadas factores de crecimiento cerebral. Esto
produce una temporización anormal en el inicio y en la detención del
crecimiento y proliferación de las neuronas e igualmente en el tejido de sostén
(células, gliales), situación que provoca un excesivo crecimiento prematuro de
algunas estructuras cerebrales mientras que en otras se da un crecimiento
reducido o perdida de células ocasionando a su vez una disfuncionalidad de las
redes neuronales.



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